El pasado marzo la inmunidad de grupo era un tema que estaba en boca de todos. Luego llegaron los primeros resultados preliminares del estudio de seroprevalencia, según los cuales sólo el 5% de la población española tenía anticuerpos. Esto nos alejaba del porcentaje necesario para que la población detenga la transmisión del virus.
¿QUÉ PORCENTAJE ES NECESARIO?
La inmunidad de grupo es el nivel de inmunidad poblacional a una enfermedad que hace que su propagación disminuya y se detenga, incluso después de relajar todas las medidas preventivas, porque no hay suficientes personas nuevas para infectar. Si este umbral no se supera, puede comenzar una segunda ola de infección en cuanto se levanten las restricciones.
Determinar ese porcentaje para la COVID-19 sería fundamental, pero hay muchas circunstancias implicadas en su cálculo.
La ecuación de la inmunidad de grupo se define como hc=1-1/Ro, donde Ro es el número de reproducción básico, esto es, el número promedio de nuevas infecciones causadas por un individuo infectado típico durante la etapa temprana de un brote en una población totalmente susceptible a la infección.
Si revisamos los datos de España, podremos recordar también que el valor Ro varía con las circunstancias y con el tiempo.
Como Ro resulta ser una variable, y no un número fijo, la vía a través de la cual las personas adquieren inmunidad también varía, lo que acarrea importantes implicaciones para calcular el umbral de la inmunidad de grupo. Las diferencias en los hábitos sociales hacen que algunas personas tengan más exposición a una enfermedad que otras.
Una persona infectada que viva en un bloque de viviendas puede contagiar a muchas más personas que si estuviera en un entorno rural. Por eso, los datos disponibles indican que el umbral podría ser más el doble en algunos entornos urbanos que el promedio general de un país.
Tampoco es lo mismo la actividad que desarrolle una persona contagiada. Si se trata, supongamos, de un profesional con mucho contacto social (como ocurrió con el personal sanitario no protegido a comienzos de la pandemia), el umbral será más elevado. El porcentaje podría ser bajo siempre y cuando muchas personas usen máscaras y eviten grandes reuniones, o mucho mayor si la gente baja la guardia.
DETERMINANTES BIOLÓGICOS, GENÉTICOS Y SOCIALES
Las diferencias biológicas y genéticas también juegan un papel en la probabilidad de que las personas se infecten y combatan el virus. Tampoco se puede olvidar la importancia de los determinantes sociales para explicar la salud, tanto de las poblaciones como de los individuos.
Los epidemiólogos se refieren a estas variaciones como la “heterogeneidad de susceptibilidad”, es decir, las diferencias que hacen que algunas personas tengan más o menos probabilidades de contagiarse. En una pandemia como la actual, esa heterogeneidad tiene implicaciones reales para calcular la inmunidad de grupo. En algunos casos aumentará mucho el porcentaje necesario. Es lo que ha ocurrido en lugares como las residencias de ancianos, cuyos habitantes eran más susceptibles al coronavirus que el promedio nacional.
A mayor escala la heterogeneidad generalmente reduce el umbral de la inmunidad de grupo. Según los modelos estándar, alrededor del 60% de la población española necesitaría vacunarse contra la COVID-19 o recuperarse de la enfermedad para reducir la velocidad de propagación hasta detenerla. Si el 60% de la población estuviera inmunizada, el coronavirus que intentara pasar de una persona a otra fracasaría en seis de cada diez intentos y acabaría siendo uno más de los muchos agentes infecciones que el mundo ha conocido.
Algunas investigaciones recientes han intentado cuantificar la heterogeneidad. En junio, la revista Science publicó un estudio que estimó el umbral para la COVID-19 en un 43% en poblaciones amplias. Otro estudio, que adopta un enfoque diferente para estimar las diferencias en la susceptibilidad,estima que podría bastar con un 20% de población inmunizada.
Sea cual sea ese porcentaje, aún en el escenario más bajo (20%), el tercer y último informe sobre seroprevalencia publicado el pasado lunes demuestra que seguimos estando muy lejos.
El porcentaje (5,2%) apenas ha variado en las tres entregas de las que consta el estudio y confirma que, pese al gran impacto de la pandemia en España, estas cifras no son altas.
No parece posible que alcancemos este umbral sin una vacuna eficaz y disponible a gran escala. Para eso queda más de un año, en el mejor de los casos.
En definitiva, la única forma de escapar verdaderamente de la pandemia de COVID-19 es lograr la inmunidad de grupo a gran escala, en todas partes, no sólo en un pequeño número de lugares donde las infecciones han sido más altas.
Mientras tanto, la incertidumbre sobre el umbral adquirido naturalmente para evitar la propagación del virus y reducir el valor Ro tanto como sea posible, sólo deja un camino a seguir: el distanciamiento, las mascarillas, las pruebas y el rastreo de contactos en todas partes. Así que calma y paciencia.
Fuente: The Conversation